lunes, 11 de marzo de 2019

Décimo fragmento del diario de viaje de Galnor


Lorien, 12 de Marzo del año 1250 de la Tercera Edad.
Muchos años han pasado desde entonces. Hace 26 años Erlendur partió hacia Carlodan para curtirse aún más como guerrero y expiar de alguna forma lo que él considera incluso a día de hoy un fracaso absoluto. Yo, mientras tanto, he estado estudiando desde entonces con Elrond en Rivendel distintas materias que me servirían tanto como una afilada espada o incluso más dependiendo de la situación: medicina, política, nuevas tácticas militares…
Poco más de 2 años después de la partida de mi amigo, volvió a Rivendel. Ese mismo día, nos encontramos con Elrond. El señor de Rivendel preguntó a Erlendur sobre su vida en el ejército del norte durante bastante tiempo, y también le puso al corriente de mis progresos.
-Y ahora- dijo Elrond- partiréis en un largo viaje. Ambos tenéis que monstrarme que estos dos años no han sido no han sido en vano para ninguno.
Elrond se quedó pensando unos breves segundos hasta que finalmente nos mandó en dirección a Gondor. Nos dijo también que regularmente volviéramos por aquí y nos seguiría asignando más misiones. Añadió también que esto forma parte del aprendizaje en sí mismo, pues no hay mejor profesor que la experiencia.
Desde entonces, mucho hemos recorrido. Pero eso son historias para otro momento.
Actualmente nos encontramos en Lorien. La dama Galadriel nos mandó llamar pues algo que nos afectaba a nosotros le fue revelado en sus tantas visiones. Esta vez esperó a que se hiciera de noche para revelar lo que nos quería mostrar.
-Venid aquí y mirad lo que os aguarda- nos dijo Galadriel invitándonos a que miráramos en su espejo hecho de agua cristalina.
Me di cuenta de que lo que vimos era de un futuro bastante inmediato. Y además tanto Erlendur como yo vimos exactamente lo mismo. Un anciano de extrañas vestimentas negras y larga barba apareció ante nosotros en lo que parecía una taberna. Acto seguido, apareció el nombre del lugar en un tablón de madera que colgaba por ahí “La barba polvorienta”. Ese sería nuestro destino ahora.
“Ten cuidado, estratega, pues tal como afirmé varios años atrás, el destino comienza a moverse de nuevo. Y vosotros tenéis el papel principal en esta afrenta. Sin embargo, en un futuro no muy lejano, tendrás que presentarte ante mi nuevamente”, fueron las palabras de la dama del bosque.
Lond Daer era el lugar al que debíamos ir pues la taberna allí se ubicaba. Nos pusimos en marcha a la mañana siguiente, esperando que nuestro destino no fuera esta vez tan funesto…

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